miércoles, 27 de enero de 2010

El tonto de la aldea

Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el idiota de la aldea, un pobre infeliz, de poca inteligencia, que vivía de pequeñas limosnas. Diariamente ellos llamaban al idiota al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas, una grande de 400 reales y otra pequeña, de 2.000 reales. Él siempre escogía la mayor y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
Cierto día, alguien que observaba al grupo le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda mayor valía menos.
- Lo sé-, respondió-, no soy tan bobo. Ésta vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el juego se acaba y ya no voy a ganar más monedas...

7 comentarios:

pekeña dijo...

tonto no era!!! resultó ser más inteligente que ellos

como dicen: más vale paso que dure y no trote que canse

saluditos!

CaZp dijo...

Con certeza dicen que:
"inteligente es aquel que se hace el tonto, frente a un tonto que cree que es inteligente".


Felices recaudaciones!! ;D

Unknown dijo...

ja!!
y cuantos no hay asi? que se creen muy abusados

Saludotes ROUS!

la MaLquEridA dijo...

¿Quién fue el más tonto?, gran lección.



Saludos.

Jackie dijo...

buen punto mantita.... muy buena tu historia ;)

Patricia Ibarra dijo...

Cuantos hay asi?
Que se las dan de tontos, pero en realidad es solo estrategia.

Yo cuando sea grande quiero ser así
xD

Besos!

Pedro Rojas Reyes dijo...

hace tiempo me llego a mi esa historia pero como la fabula del pendejo.
Y la moraleja que nos deja son varias
1. Quien parece pendejo, no siempre lo es.
2. ¿Cuáles eran los verdaderos pendejos de la historia?
3. Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.

Pero la conclusión más interesante es: Podemos estar bien, aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.

El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser pendejo delante de un pendejo que aparenta ser inteligente.